«El Museo de Paleontología de C-LM pone en valor las zonas exteriores de sus instalaciones mediante un nuevo recorrido llamado “La Senda del Tiempo”

Nuestro planeta, la Tierra, es el único lugar que conocemos donde existe vida. En todas nuestras exploraciones en el espacio, no hemos encontrado vida en ningún otro lugar. Vivimos en un planeta que alberga millones de especies diferentes donde todo cambia. Las rocas se agrietan lentamente, se erosionan y se vuelven a formar, los continentes se mueven y su forma varía y se desarrollan o evolucionan nuevos tipos de seres vivos. La evolución es un proceso asombroso y en constante cambio. La evolución nunca se acaba. ¡Está sucediendo ahora!

Así, esta nueva ruta que ofrece el MUPA en sus jardines exteriores, explora los hitos más importantes de la evolución de la vida a lo largo de esta senda, que consta de 10 carteles informativos en castellano y en inglés. En ellos también se observa dónde se encontraba Castilla-La Mancha en ese momento, y en qué periodo de la escala de tiempo sucedió ese evento. Se recorren los últimos 545 millones de años de la historia de la Tierra y para comprender mejor el tiempo en geología, cada paso que den nuestros visitantes en esta ruta corresponde a un millón de años.

Esta “Senda del Tiempo” se puede realizar en ambos sentidos, aunque es preferible en sentido ascendente, y se irá completando con fósiles y réplicas a lo largo de su recorrido. Esperamos que tanto pequeños como los adultos puedan disfrutar de este agradable paseo admirando el entorno y aprendiendo Paleontología.»

Nuevos datos sobre Pelecanimimus, el dinosaurio hallado en Cuenca que revolucionó la historia de los ornitomimosaurios en los años 90

Pelecanimimus polyodon fue el primer dinosaurio no aviano descubierto en el yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca, en el año 1993 por Armando Díaz Romeral. En el momento de su hallazgo, Pelecanimimus constituyó el primer dinosaurio no aviano articulado identificado en España y represento el primer registro de un Ornithomimosaurio en Europa. Aún hoy, Pelecanimimus, expuesto en el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, es uno de los dinosaurios españoles de los que se tiene una información más detallada dada la excepcional preservación del único ejemplar conocido que representa la mitad anterior de un esqueleto, incluidos los dos brazos completos y el cráneo. Sin embargo, a pesar de ser una especie de referencia en la literatura sobre los ornitomimosaurios, hasta el momento no se había publicado una descripción detallada del ejemplar. En las ultimas décadas, el número de especies de ornitomimosaurios descubiertas en todo el mundo se ha visto enormemente incrementado, generándose una gran cantidad de información que ha estimulado la necesidad de una actualización y ampliación de la descripción anatómica de su esqueleto postcraneal, así como una discusión en el contexto de los nuevos hallazgos. 

El estudio detallado y extenso del esqueleto postcraneal (columna vertebral y extremidades) del dinosaurio Pelecanimimus ha aportado nuevos conocimientos sobre la evolución de la mano y el esternón del linaje de los Ornitomimosaurios, un grupo de dinosaurios terópodos que habitaron en Laurasia (hemisferio Norte) y África durante el Cretácico y que forma parte del conjunto de grupos de terópodos más cercanamente emparentados con las aves. Los resultados de este estudio, realizado por paleontólogos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, el Museo de Dinosaurios de la Prefectura de Fukui (Japón); la Universidad Autónoma de Madrid y la Real Academia de Ciencias, liderados por la paleontóloga Elena Cuesta, del Museo Paleontológico de Munich (Alemania) y la Universidad Prefectural de Fukui (Japón), han sido publicados en la revista británica Zoological Journal of Linnean Society. 

Los resultados revelan que los ornitomimosaurios presentan una tendencia al alargamiento de las manos, presentando las especies más derivadas unas falanges y/o metacarpales más largos que sus parientes más primitivos. Esta especialización, que también es evidente en Pelecanimimus, ha permito reconocer un nuevo grupo dentro de Ornithomimosauria, para el que se ha propuesto el nombre de Macrocheiriformes (cuyo significado es “formas de manos largas”).

Pelecanimimus es también el único ornitomimosaurio que conserva un esternón osificado, cuya morfología es similar a otros maniraptoriformes  como Velociraptor, a los oviraptorosauriosy a las aves primitivas. También es el único de su grupo que presenta unas proyecciones asociadas a las costillas de las vértebras dorsales que se denominan procesos uncinados. Estos procesos están presentes también en las aves, y son zonas de inserción muscular cuya función es mejorar los movimientos mecánicos de las costillas y el esternón durante la respiración, facilitando la inspiración y la expiración. Su presencia en dinosaurios terópodos no avianos, como es el caso de Pelecanimimus, indica que estos ya contaban con un mecanismo de respiración parecido al de las aves actuales. Aunque la historia evolutiva tanto del esternón como de los procesos uncinados es difícil de establecer, ya que son elementos muy delicados y que no se preservan fácilmente en los esqueletos fósiles, Pelecanimimus muestra que estos elementos estaban ya presentes en los ornitomimosaurios y que su morfología es muy parecida a la de muchos otros terópodos. 

Referencia: 

Elena Cuesta, Daniel Vidal, Francisco Ortega, Masateru Shibata, José L. Sanz (2021). Pelecanimimus (Theropoda: Ornithomimosauria) postcranial anatomy and the evolution of the specialized manus in Ornithomimosaurs and sternum in maniraptoriforms. Zoological Journal of the Linnean Society, in press. DOI: 10.1093/zoolinnean/zlab013

Figura 1: Ilustración de Pelecanimimus en el humedal del yacimiento de las Hoyas realizada por José Antonio Peñas Artero

Figura 2: Reconstrucción en 3D del brazo de Pelecanimimus a partir de la fotogrametría realizada en el fósil

Figura 3: Manos izquierda y derecha de Pelecanimimus donde se puede ver que la mano presenta un alargamiento de los dedos.

Figura 4: La Dra. Elena Cuesta y el Dr. Daniel Vidal realizando el estudio de Pelecanimimus en el Museo de Ciencias de Castilla-La Mancha

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